Siempre que estoy aburrido me esfuerzo tanto en salir de ese estado que se me ocurre algún hobby nuevo. Parece que el aburrimiento hace que nos demos cuenta de la rutina, como tomar buena conciencia de que algo se repite una y otra vez. Así que nuestra percepción, urgentemente sedienta de algo interesante, sale a cazar. Yo por lo menos creo que algunas veces encuentro ese algo para aplacar la sed de mi atención, pero otras muchas no soy muy consciente de ello.
Lo digo porque el otro día me pasó al leer un poema de Borges, El Golem. Borges dice que la rosa siendo flor tiene espinas, hojas, colores verde y rojo, etc. y se reduce a rosa... y toda la extensión del Nilo en la palabra Nilo.
Me preguntaba si yo pudiese como la programación informática, recopilar un burujón de cosas y reducirlos a pocas expresiones para no repetirlas. ¿Hasta qué punto yo pudiese reducirlo casi todo a un solo símbolo o sonido?
Así que se me ocurrió reducir todos los discursos de Fidel, los de Raúl, sus crímenes, los derrumbes de la ciudad, del país, los muertos, los impunes maltratos a las Damas de Blanco, todas las injusticias, la falta de expresión, la vejez implacable de los gobernantes, su política, el sentido real y práctico del comunismo, toda el hambre y los 53 años de absurda repetición hasta que se vuelvan bien aburridas todas esas cosas en la palabra, y sean sólo onomatopeyas cómicas y grotescas como sonidos de vómito: Buag: creo que ese sonido pudiera describirlo.
Danilo Maldonado Machado
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