La campaña consiste en dar a conocer a toda la población de la situación en que fueron detenidos los dos jóvenes y en entregar la imagen que se adjunta en esta publicación.
El rostro alegre y juvenil de estos jóvenes contrasta con la vejez retrógrada de la camarilla en el poder, y trae a la memoria aquella gastada retórica de los ’70 y ’80 de que los que deseaban un cambio en Cuba eran los viejos de Miami.
Hoy, se continúa pidiendo el Cambio en Cuba, con la única diferencia de que ya no son los viejos de Miami, sino la juventud dentro del propio pueblo cubano, dentro del propio territorio cubano, lo que hace que surja la inevitable pregunta: ¿qué futuro puede tener un país cuya juventud es apresada, reprimida y obligada a emigrar?
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