Maria Victoria dice que Danilo tuvo que suspender la huelga porque
se encuentra con una gripe muy fuerte que le atacó la garganta y no
tiene casi ni voz. “Está muy enfermo”, me dijo.
Además la compañía está enfrentando un brote de dengue con
algunos casos graves ingresados en terapia. Empezó a ingerir
alimento pero con mucha inapetencia. “Está más flaco, ojeroso y
nervioso”.
Danilo solicitó una entrevista con el
fiscal al jefe de prisión pero el “político” no le da
respuesta.
El agente de la sección 21 “William” fue a verlo al día
siguiente que fueran los familiares de los presos políticos a Valle
Grande cuando les anunciaron que los soltarían.
William le negó en su cara que le había anunciado su libertad el
24 de agosto.
Del 1 al 2 de septiembre los reclusos estuvieron 23 horas sin
agua.
El director solo dijo que había problemas con la pipa.
Hubo manifestaciones y gritos reclamando el líquido vital.
Retrasaron la visita 1 hora y media para averiguar quiénes habían
estado gritando pidiendo agua.
Danilo no se afeita ni participa en ninguna de las “actividades”
que realiza la compañía, dice “no soy militar” y “estoy aquí
en contra de mi voluntad y la justicia sabe que no soy un
delincuente”.
María Victoria también me cuenta que no dejan pasar proteína
para dentro de las compañías, de la comida que les lleva la familia
a los presos durante la visita, y es la única que ven cada 21 días.
El martes ella pidió cita con el jefe de la prisión para
preguntar por qué tachan a las personas de la lista de visitas: esta
vez tacharon a una amiga de Danilo que no tiene nada que ver con la
oposición y no pudo entrar. Además para averiguar si Danilo está
recibiendo la atención médica requerida.
Danilo tiene hoy más hambre de información, de noticias, de libertad.
El apetito de saber qué pasa lejos de esas rejas crece cada día.
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