Es el cumpleaños de Dashan. 
Los niños, alegres por la fiesta,       corren de un lado a otro. 
El padre de los seis niños de Iris,       Amaury, estaba realizando una especie de ritual con mi amigo       Fernando       (FAR) y conmigo. Mientras nos conectábamos con la bailarina,       que así se llamaba nuestra conexión, Amaury me dijo algo       mirándome muy fijo:
-Creo que le debes llevar un pedazo       de       cake a tu mamá.
Yo me hice el tonto, pues nunca toco       el tema de mi madre. Debido a razones que siempre conservo para       mí,       ya que las diferencias entre nosotros son enormes por mi forma de       pensar. 
Y por esos días más me tocaba: hacía       ya tiempo que no me hablaba y yo estaba muy enfadado aún porque       ella       seguía defendiendo a los segurosos a pesar de que me habían hecho       cosas imperdonables que ya todos conocen, como una permanente       vigilancia, secuestro, etc.
Pero Amaury me miró fijamente otra       vez       y me dijo:
-No es verdad, eso a ella le va       gustar,       ¿estoy en talla o qué?!
Me dijo esas palabritas aparentemente       superficiales, pero su mirada me trasmitió todo como si       fuera       una especie de adivino o gurú. Una de mis características más       personales es que casi nada suele asombrarme y menos impactarme,       pero       esta vez sentí que él podía leer en mi frente qué era lo que       tanto me perturbaba, mi espina en el corazón. 
Yo sólo pude bajar la cabeza y       secarme       una lágrima. 
 Y le escribo       este texto porque ya hice las paces con mi ma´ y se me ha olvidado       llevarle el pozuelo del cake a Iris. Y ahora me gustaría       conservarlo para siempre de recuerdo, ja ja. 

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