RASTAFARIS         CUBANOS BAJO EL         PODER NEGATIVO, PIDIENDO AYUDA AL PODER DE LA LUZ Y LA VERDAD.
Por         familiares, artistas y         amigos de Héctor Riscart
LA         VERDAD SIEMPRE POR         DELANTE, LA VERDAD ANTES, LA VERDAD DESPUÉS, LA VERDAD CON         AMOR...
En medio de los         profundos cambios que         están sucediendo en Cuba (lo crean unos o no, le parezcan lentos         a         otros, o un engaño a muchos), cambios que son exigidos a la         presidencia de la república y por tantos, a todos los niveles         sociales, dentro y fuera de la isla, y a pesar de que cada día         se         publican en la prensa oficial nuevas aperturas en lo económico y         en         lo civil, y aparecen artículos que denuncian la discriminación;         no         se ven aún mecanismos que funcionen de manera eficiente y         urgente         ante el abuso de poder y la injusticia policial sobre ciudadanos         civiles, cubanos todos por igual, con los mismos derechos todos.       
El pasado 15 de         noviembre ha sucedido         un hecho muy lamentable.
El artista         Héctor Riscart (el Ñaño),         uno de los primeros Rastafaris en Cuba, director de la Banda         Reggae         Herencia, la agrupación musical más comprometida con el         crecimiento         espiritual de la juventud, respetada por el arte emergente         alternativo cubano. Al salir de su concierto en el Cabaret         Nacional,         fue registrado por la policía junto a otros integrantes de su         agrupación, en la esquina del Capitolio, frente al cine Payret.
Al Ñaño ésto le         pareció humillante         y pidió que por favor lo condujeran a una unidad policial y ahí         lo         registraran, pero no en público en plena calle.
Los policías no         lo escucharon y cuando         el Ñaño defendía sus derechos, fue agredido con mucha violencia         por los oficiales y tratado como el más despreciable         delincuente. Ya         en la unidad, tuvo que sufrir ofensas e improperios, y, ante el         asombro del odicial de guardia, por la evidente brutalidad,         escuchar,         junto a otro hermano detenido, los planes de fabricarle una         falsa         acusación de tráfico de drogas: “Tú, que eres del Partido,         acúsalo, porque nadie va a dudar de tu palabra”.
Mucho menos se         dudará porque este         oficial se vanagloriaba durante la violenta detención de haber         encontrado a importantes artistas de este país con drogas duras.
Unos días         despúes se violaron todos         los procedimientos legales establecidos, sin expediente ni         acusación,         declaraciones de falsas investigaciones, negados a un careo         mental a         su esposa para que no actuara en defensa pública del Ñaño, y,         además hacer visitas al gerente del Cabaret para pedir con         exageradas mentiras la expulsión de la agrupación de su trabajo,         así el Ñaño fue enviado a una prisión provisional donde le         cortaron sus drelocks, que es lo más sagrado para un Rastafari.
Hay muchos         hermanos conmovidos con esto         esperando en silencio una solución.
Pero aún hoy,         hace casi dos meses         después, es que el Ñaño pudo ver a su abogada, la cual tiene         mucho         temor y no sabe cómo defender este caso y dice que es imposible         ir         contra la palabra de un policía.
Todo esto         sucedió debajo de las         cámaras de vigilancia del Cine Payret, y esas imágenes han         desaparecido. Los instructores policiales enviaron a fiscalía un         expediente totalmente lleno de falsedades e incoherencias, donde         dicen que el Ñaño no tiene testigos. La situación ha sido         denunciada en dos ocasiones al Comité Central del Consejo de         Estado         (Atención a la ciudadanía), pero nada se ha movido. 
¿Por qué este         empeño de tener en         prisión a un artista noble y querido, que aporta mensajes de         liberación espiritual y que todos saben dónde y cómo trabaja?
Hay         antecedentes de mucha gravedad, que         no se cuentan en el libro de los Rastafaris en Cuba, cuya         presentación fue promocionada el pasado año por la televisión         nacional. Este libro debería reeditarse y distribuirse en las         unidades policiales y en los centros de estudios del país.
Esta situación         tiene serios         antecedentes. Artistas de la nueva canción protesta HIPHOP la         han         denunciado una y otra vez en sus canciones. La internet está         cargada         de fabricaciones, pero también de documentaciones audiovisuales         que         no dan lugar a dudas sobre el abuso del poder policial. 
En este mes de         diciembre ya han salido         a la luz varias canciones de compromiso con el Ñaño.
Según         declaraciones del hermano Zenén         (el otro detenido ese día, sonidista del grupo), que lo vio por         última vez en la unidad, Héctor Riscart ya estaba convencido de         que         lo condenarían con toda premeditación negativa. “Cuídame a mis         hijos, sólo pienso en ellos”, le dijo.
Zenén derramó         lágrimas en la unidad         ante la dura agente oficial que lo torturaba sicológicamente         para         que declarara una mentira, instante en el que entraba una         muchacha         muy joven, que estaba todo el tiempo junto a ellos en el cabaret         durante el concierto de la agrupación, haciéndose pasar por         prostituta. S evidente que ya se tejía la inculpación de este         líder         del arte alternativo cubano.
Quizás con su         detención se pueda         abrir un debate sobre el uso de las drogas en Cuba.
Las que más se         consumen son: 1.         Alcohol; 2. Tabaco; 3. Marihuana (en Cuba, al contrario de         muchos         países, se condena su consumo); 4. Cambolo o Piedra (residuo muy         tóxico de la Cocaína); 5. Metil; 6. Paco (Parkisonil); 7.         Ketamina.         Estas tres últimas de producción farmacéutica industrial. Las         drogas que generan alto índice de muerte y violencia son las dos         primeras, legales por cierto.
Existe un         prefuicio muy grande de         asociación negativa entre la Marihuana y Rastafari. Pero es         necesario escuchar los fundamentos Rasta y atender a la verdad         del         comportamiento de la realidad a todos los niveles.
También es         natural el miedo fundado en         reiterados y actuales antecedentes donde los testigos policiales         se         retractan y admiten en pleno juicio haber sido presionados e         intimidados para declarar falsamente contra el acusado, y a         pesar de         esto, el juzgado condena al acusado, por lo que se deduce que el         jurado estaba ya condicionado y con un fallo elaborado de         antemano.         Esto nos da un temor grande y nos sugiere corrupción judicial.         Nuestro gobierno debería atender a estos datos, y sentirse         profundamente preocupado por amor a la justicia.
Hay otros         miembros del movimiento         Rastafari que están sufriendo acoso, prisión e injusticia en         todo         el país, sobre todo cuando intentan hacer uso de los nuevos         derechos         ciudadanos económicos y de asociación. Algunos lo han denunciado         también al Comité Central de Estado, sin solución.
Ante la         imposibilidad de recibir         justicia con prontitud, y por la gravedad (que crece, sabemos         que se         continúa fabricando el modo de enjuiciar al Ñaño sin garantías         de         una defensa sólida), casi dos meses después nos vemos obligados         a         hacer de conocimiento público esta situación, esperando recibir         LUZ, LUZ, LUZ...
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